Tengo 18 años, mochila al hombro y una libreta llena de sueños (y fórmulas que todavía no entiendo). Soy esa chica que sonríe mientras corre entre clases en la Universidad Cesar Vallejo, pero también la que a veces tropieza con sus propias sombras. ¿Mis debilidades? Las llamo "huellas de mi mapa en proceso":
3 CAUSAS:
El síndrome del "Ya lo haré después": Mi cerebro tiene un pacto secreto con el reloj. Cada vez que veo una tarea, pienso: "Tengo tiempo... total, el día tiene 24 horas" (spoiler: siempre terminamos en modo sprint a medianoche).
Distracciones 2.0: Instagram, TikTok, y ese podcast de true crime que "solo voy a escuchar 5 minutos"... ¡Y zas! Tres horas desaparecidas en el agujero negro del internet.
Miedo al fracaso: A veces, pospongo las cosas porque siento que si no las hago perfectas, mejor no las hago. ¡Error gigante!
Noches épicas (pero no en el buen sentido): Café frío, ojeras tipo panda y el remordimiento de saber que pude organizarme mejor.
Estrés VIP: Mi cuerpo se convierte en una alerta de emergencia: palpitaciones, insomnio y la sensación de que el universo conspira contra mí.
Oportunidades perdidas: Esa conferencia online que quería ver, el taller de fotografía... Todo queda en "la próxima vez"
Divide y vencerás: Rompo las tareas en pasos mini (ejemplo: en vez de "escribir 10 páginas", empiezo con "escribir un párrafo"). ¡Funciona! Cada pasito es un high five mental.
Tecnología a mi favor: Uso apps como Forest para plantar árboles virtuales mientras trabajo (si toco el teléfono, el árbol muere... ¡y yo no quiero ser una asesina de bonsáis digitales!).
Celebra los microéxitos: Terminé una slide de mi proyecto → me merezco un helado de fresa. ¿Por qué? Porque el autocuidado es mi nuevo superpoder.
3 SUSTENTOS (medios para lograrlo):
Apps que son mis aliadas:
Notion para organizar proyectos (con templates cute que encuentro en Pinterest).
Focus To-Do para los Pomodoros (y ver estadísticas de mi progreso).
Comunidad anti-procrastinación:
Unirme a un grupo de estudio virtual con amigas donde compartimos metas diarias (y memes de gatos estudiantiles).
Mi diario de logros (con glitter opcional):
Anotar cada noche 1 cosa que logré (aunque sea pequeña, como "¡Hoy no pospuse el lavado de ropa!").